Dos nuevos productos aún en fase de investigación pueden dejar sin argumentos a los detractores de la llamada profilaxis preexposición (PrEP), aquella que aboga por consumir fármacos antirretrovirales de forma preventiva para evitar la adquisición del virus, una de las estrategias punteras en prevención del VIH y una de las que más se está hablando en el primer congreso de Investigación para la Prevención en VIH (HIVR4P), que se celebra esta semana en Ciudad del Cabo (Suráfrica).

Los nuevos medicamentos tienen en común algunas características: la más importante es que se administran en inyección y, sobre todo, no son de uso diario. Aún a falta de terminar de perfilar las dosis, su eficacia oscilaría entre uno y cuatro meses. A efectos prácticos, una persona podría inyectarse alguno de estos fármacos y ‘olvidarse’ del VIH durante más de un trimestre. Cuidado, eso sí. Los expertos advierten que ni siquiera en el mejor de los escenarios su uso podría recomendarse como sustituto al preservativo. Eso sí, subrayan, la realidad es que muchas personas, a pesar de la evidencia científica en torno al condón, no utilizan este método y las alternativas o complementos son cada vez más necesarios.

Otra característica es que se trata de compuestos que se basan en la nanomedicina, partículas en nanosuspensión que consiguen no obstante una eficacia más prolongada que ningún antirretroviral aprobado hasta la fecha. De hecho, ambos compuestos se están también ensayando como tratamiento para seropositivos aunque, en ese caso, tendrían que administrarse en combinación con otros fármacos, cuya administración seguiria siendo diaria.

En la sesión plenaria (donde se discuten los temas más importantes del congreso) de hoy se ha hablado, y muchos de estos dos compuestos. El primero se llama Cabotegravir (GSK1265744) y su actualización la ha presentado, algo no muy habitual en los congresos, un investigador del laboratorio que lo desarrolla, GSK. William Spreen explicó que su fármaco, un inhibidor de la integrasa reformulado para actuar a largo plazo, ha demostrado eficacia en primates a una dosis de 800 miligramos cada tres meses. Está previsto que pronto se inicien los ensayos clínicos en humanos para PrEP, aunque el fármaco ya se está estudiando en seropositivos. De hecho, en uno de los ensayos, participa el instituto catalán IrsiCaixa, según explicó a ELMUNDO.es uno de sus directores, Bonaventura Clotet.

El otro inyectable que podría cambiar el paradigma de la fármacoprevención es TMC278 LA. En Ciudad del Cabo se han presentado los resultados de un ensayo en fase I en el que se ha analizado la seguridad del producto, desarrollado por los laboratorios Jannsen. Aunque la seguridad ha sido demostrada, el investigador principal del estudio, Ian McGowan, reconoció que habían descubierto«un gran revés» en los resultados. Así, aunque se había observado una protección elevada in vitro en el tejido rectal, que permitía prever una duración de «hasta cuatro meses» para la prevención de la infección por VIH por esta vía, los resultados no se habían replicado a la hora de estudiar la protección vaginal. En términos prácticos: el producto, con los resultados actuales, no funcionaría en prevención heterosexual femenina.

Lejos de mostrarse desanimado, McGowan anunció el próximo comienzo de un gran estudio, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU (NIH) en los que se reformulará la dosis, en espera de poder ampliar los buenos resultados obtenidos en protección del tejido del recto.

Con respecto a una posible competencia entre ambos productos, en el caso de que se confirmara su eficacia y se aprobara su uso en PrEP, Green explicó que ambos compuestos «son únicos» y anunció que, de hecho se está estudiando en combinación para el tratamiento de seropositivos. «Nos necesitamos», concluyó.

La investigadora de IrsiCaixa, Beatriz Mothe, valoró positivamente estos trabajos, en los que no ha participado. «Lo que está claro es que la PrEP funciona mientras los fármacos se toman; cualquier estrategia para mejorar la adherencia es positiva», comentó. Clotet, por su parte, señaló que aún quedan aspectos por estudiar, más allá de la eficacia, como en qué grupos de población «de alto riesgo» se utilizaría, su coste y la disponibilidad que se podría conseguir «a muy bajo precio» para países del África subsahariana.

Fuente: http://www.elmundo.es/