Tanto los pacientes como los médicos a menudo no saben si la cirugía para extirpar el tejido cancerígeno ha tenido éxito hasta que se llevan a cabo exploraciones meses después. Un nuevo tipo de nanopartículas podría mostrar mucho antes si los pacientes se han librado de este tipo de tejido.

Las nanopartículas luminosas (del inglés nanoflares) se unen a células cancerígenas individuales en una muestra de sangre y después se iluminan. Esto permite detectar las tumorales y clasificarlas con ayuda de un láser.

Puesto que con la técnica se pueden detectar y recoger distintos tipos de células cancerígenas, algunas de las cuales son mucho más letales que otras, y puesto que estas células pueden ser cultivadas en una placa, las nanopartículas también podrían facilitar la prueba de tratamientos potenciales antes de dárselos a los pacientes.

En un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores muestran que las nanopartículas pueden detectar distintos tipos de células de cáncer de mama en ratones. También muestran que pueden identificar células de cáncer de mama añadidas a sangre humana en un laboratorio. El siguiente paso es ver si las partículas pueden encontrar células cancerígenas en muestras de sangre de pacientes.

Cada nanoseñal luminosa consiste en un trozo de oro recubierto con moléculas fluorescentes y fragmentos de ADN. Se selecciona el ADN para que corresponda con el ARN que se encuentra en las células cancerígenas particulares. Una vez introducidas en una muestra de sangre, las nanopartículas entran en las células cancerígenas y el ADN se une al ARN diana, lo que libera moléculas fluorescentes y haciendo que las células cancerígenas brillen. Se pueden detectar distintos tipos de células cancerígenas mediante la unión de distintas hebras de ADN y moléculas fluorescentes de diferentes colores.

Las células tumorales circulantes son «el tipo más letal» ya que permiten que el cáncer se propague, señala la profesora de ingeniería biomédica en la Universidad de Vanderbilt (EEUU), Melissa Skala, pero son difíciles de localizar ya que se producen en cantidades muy pequeñas.

Hay otros investigadores que están desarrollando enfoques similares para la detección de células tumorales circulantes, a menudo a base de nanopartículas que se unen a la superficie de las células cancerígenas. El nuevo enfoque ofrece dos ventajas potenciales, según el profesor de urología de la Northwestern (EEUU), Shad Thaxton, que es uno de los investigadores involucrados en el trabajo. Además de posibilitar una mejor diferenciación entre varias células cancerígenas, este enfoque las mantiene vivas para que puedan ser cultivadas, mientras que otros tienden a destruirlas.

Puede que pasen años antes de que las pruebas basadas en nanoseñales luminosas sean aprobadas para el tratamiento de cáncer de mama o de otras formas de la enfermedad. Pero incluso antes de ese momento, las nanoseñales podrían utilizarse para comprender mejor el cáncer y ayudar a descubrir nuevos fármacos, afirma el autor del estudio, Chad Mirkin, director del Instituto Internacional de Nanotecnología de la Universidad Northwestern. Esto se debe a que la técnica permite cultivar y probar tipos específicos de cáncer en el laboratorio, asegura.

 

Fuente: http://www.technologyreview.es/