Equipos de investigación de las universidades de Azad, en Irán, y de Talca, en Chile, desarrollan una nueva forma de luchar contra el cáncer basada en insertar dentro del tumor unas nanopartículas -partículas microscópicas- capaces de generar sustancias que destruyan las células nocivas desde dentro.

La novedosa investigación que aún está en fase de terapia, consiste en la creación de partículas minúsculas capaces de emitir electrones que eliminan las células cancerígenas que están a su alrededor. Una vez creadas las nanopartículas, el equipo médico se encargaría de introducirlas en el interior del tumor para atacarlo desde dentro. Mediante esta técnica la radiación se concentra únicamente en el tumor sin producir daños colaterales como ocurre con otros tratamientos contra el cáncer.

En el estudio participan los iraníes Bakht Mohamadreza y Mahdi Sadeghi, y los chilenos Claudio Tenreiro y Mauricio Arenas. Tenreiro explicó que inicialemente se creyó que la terapia podía ayudar especialmente en aquellos casos donde no se pudiera operar, como cánceres en ciertas zonas del cerebro.

La fase más complicada de la investigación es la de generar los materiales que luego serán transformados en emisores beta puros, es decir, en electrones. Para conseguirlo se están estudiando diferentes compuestos entre los que se encuentra un elemento químico llamado praseodimio y que tiene un efecto muy importante en unos determinados tipos de cáncer. En este caso el isótopo radiactivo tiene una vida útil de 19 horas lo que le permite actuar sobre el tumor durante un tiempo para luego, una vez terminado el efecto, salir de la zona cancerígena como una partícula estable que no causa daño al resto de tejidos.

Otro de los elementos con los que se está trabajando es el oro. Con este compuesto no sólo se podría llevar a cabo la misma técnica usada con el isótopo radiactivo, si no que también se podría aplicar la termoterapia. Esta técnica consiste en insertar la nanopartícula y luego mediante la radiofrecuencia calentarla hasta superar los 42 grados, temperatura a la cual muere la célula dañina donde se insertó el oro.

Fuente: http://www.elciudadano.cl/